Hace unos días Sergio Ituero, profesor de storytelling, estaba frente al televisor viendo como tantos españoles la última intervención del presidente del gobierno. El panorama que se presentaba era desalentador: la gente encerrada en casa, las perspectivas económicas terroríficas, el sistema sanitario desbordado… De pronto un miedo muy profundo empezó a apoderarse de él, la sensación de que todo estaba descontrolado y que el mundo, tal y cómo lo había conocido, llegaba a su fin. En el pico de ese pánico tres palabras vinieron a su mente y se tranquilizó. No eran unas palabras que Sergio hubiese escuchado en la iglesia, ni a ningún gurú, eran tres palabras que había leído hacía tiempo en un cuento tradicional. En ese mismo momento Sergio se puso a reescribir esa historia llamada “El anillo del rey”. Pensó que debía ser más corta, protagonizado por alguien normal y ambientado en una situación que evocase a la actual. Se llamaría simplemente “El anillo”. Cuando lo hubo terminado le pidió a una reconocida locutora amiga suya, Teresa Marcos, que para colmo se encontraba en cuarentena, que le pusiera voz y que lo contase como se contaban antaño los cuentos.“Los cuentos populares siempre han tenido dos intenciones. La primera entretener a la luz de la lumbre, y la otra transmitir una enseñanza. Este es un cuento que habla de la impermanencia. Un concepto budista que para nosotros cuesta entender, cuando estamos mal creemos que siempre lo vamos a estar, ¡y viceversa! Pero no es así, todo está en constante evolución”. Nos cuenta Sergio. Ahora Sergio y Teresa intentan difundirlo para que otras personas puedan frenar, aunque sea por un instante, el círculo vicioso del miedo mental hasta que, algún día, esperemos que cercano, podamos hablar del coronavirus como si fuese un cuento y no una inquietante realidad.