El frio propio del invierno o la sequedad de las calefacciones pueden agravar los síntomas de la dermatitis atópica. Esta enfermedad, que afecta al 3% de los adultos españoles y al 20% de niños, se caracteriza por picor intenso, deshidratación, irritación y tendencia a la aparición de brotes y eczemas.
Ahora, con la COVID-19, la dermatitis atópica se ha encontrado con más obstáculos. Al estrés que genera la situación de incertidumbre, se ha unido el uso diario y obligatorio de mascarillas y geles hidroalcohólicos, lo que intensifica los síntomas considerablemente. El contacto con productos higienizantes como este tipo de geles, que contienen al menos un 60% de alcohol, unido al lavado constante de manos con agua y jabón, puede provocar irritación de la piel.
La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel causada por la desestructuración de la barrera cutánea. Durante los meses fríos, nuestro cuerpo reduce la producción de grasa protectora de la piel, lo que provoca la deshidratación de la misma, haciendo más probable la formación de eccemas y empeorando los problemas de piel atópica.
Consejos para aliviar la dermatitis atópica este invierno:
- Evita vestir más prendas de las necesarias. El abrigo excesivo favorece el sudor, empeorando la dermatitis atópica. Es importante recortar siempre las etiquetas de la ropa, y utiliza ropa suave como el algodón o fibra mezclada con algodón suave, evitando tejidos sintéticos y la lana, y ropa amplia. A la hora del lavado, utiliza detergentes normales, pero aclarando muy bien la ropa para eliminar los restos.
- En casa, aplicar frío. La sensación de frescor suavizará la reacción de la dermatitis atópica, por lo que vaporizarte con un spray de agua te proporcionará frescor e hidratará directamente tu piel. También es esencial que evites el rascado, que no hará más que agravar la situación.
- Ventila las habitaciones. La calefacción, igual que el aire acondicionado, reseca el ambiente, deshidratando tu piel y favoreciendo la sequedad, picor, irritación y riesgo de sobre-infección.
- Tomar baños o duchas tibios de 5 minutos de duración, siempre con jabones de pH ácido. Aunque en invierno nuestro cuerpo nos pide baños calientes, el agua a temperatura media, sin superar los 34 ºC, nos ayudará a aliviar los síntomas.
- Hidratar la piel, tanto por dentro como por fuera. Cuando la piel pierde su estado habitual de hidratación, se altera la función de la barrera cutánea, generando desprotección de la piel, tanto mecánica como microbiológica, y condicionando un riesgo aumentado de infecciones.
- Huye de comidas irritantes, y alimentos picantes, especias, frutas y hortalizas ácidas como la naranja o la manzana, o la remolacha, maíz setas, son enemigos de la dermatitis atópica.
- Descansa. Los picores propios de la dermatitis atópica están asociados con mayor riesgo de trastornos del sueño, que incluyen dificultad para conciliar el sueño y menor duración del sueño.
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