Si, no se trata de las hamburguesas, ni de las patatas fritas o de una palmera de chocolate, hablamos de un alimento saludable, el aceite: tanto el de girasol, como el de coco o, incluso, nuestro aceite de oliva. Este alimento de origen español se considera el más calórico del mundo. Y es que, los aceites contienen un 100% de grasas y estas son el macronutriente con más calorías de todos. Concretamente, cada gramo de grasa contiene 9 kilocalorías.
En cambio, los carbohidratos y las proteínas, contienen cuatro kilocalorías por cada gramo. Es decir, que si un alimento está compuesto al 100% por grasas este es, sin duda, el alimento más calórico. Las palmeras de chocolate, las hamburguesas o las patatas fritas suelen contener varios tipos de nutrientes y, por eso, en proporción nunca superan al aceite. En este sentido, las calorías de los alimentos se suelen calcular por cada 100 gramos.
Proporciones
En el caso de las hamburguesas, las palmeras de chocolate o las patatas fritas, suelen contener unas 500 kilocalorías por cada 100 gramos, aunque este número varía de una receta a otra por los ingredientes que se utilizan en ellas. En cambio, los aceites, tienen siempre 900 kilocalorías por cada 100 gramos. Una diferencia de 400 kilocalorías por cada 100 gramos de cada alimento. Ahora bien, estos productos no se consumen igual.
Pero, al igual que superar la ración de 100 gramos de peso cuando comemos comida basura es muy sencillo: una bolsa de patatas suele pesar 130 gramos, las hamburguesas suelen pesar más de 200 gramos y hay palmeras de chocolate de hasta 470 gramos. Un litro de aceite puede durar en nuestra cocina mucho tiempo debido a que solo utilizamos un pequeño chorro o una cucharada para freír, aliñar una ensalada o regar una tostada.
Ahora bien, aunque todos los aceites contengan el mismo porcentaje de grasa y de kilocalorías, no son todos iguales. Esto se debe a que existen muchos tipos de grasas y, como sabemos, algunas son mejores que otras. Aunque todas sirven para aportar energía a nuestro organismo, las grasas saturadas también se relacionan con el aumento de los niveles de colesterol malo en sangre y con el riesgo de obesidad.
Saludable con moderación
No solo existe el colesterol malo, aquel que se acumula en las paredes de las arterias, lo que aumenta el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular. Sino que también conocemos el colesterol bueno, científicamente denominado lipoproteína de alta densidad (HDL), el cual recoge el exceso de colesterol en la sangre y lo lleva hasta el hígado.
Son los ácidos grasos insaturados los que promocionan la aparición de este colesterol beneficioso. Por esta razón, los aceites con una proporción mayor de grasas insaturadas son mejores para la salud: estos son el aceite de oliva o el de girasol, entre otros. El aceite de coco o el de palma, sin embargo, contienen más proporción de ácidos grasos saturados. De todas formas, dentro de los insaturados también existen diferencias.
Así, siguiendo estos datos los expertos han confirmado que el mejor aceite que podemos utilizar crudo o para cocinar es el aceite de oliva virgen extra. Ahora bien, esto no significa que debamos utilizarlo en grandes cantidades o echárselo a todo porque, al fin y al cabo, tiene muchas kilocalorías. Según la Universidad de Harvard, al día deberíamos consumir poco más de media cucharada de aceite de oliva y, si tomamos otras como la mantequilla, deberíamos sustituirla por esta grasa vegetal.
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