Los viajes durante los meses de vacaciones son muy habituales entre todas las familias en busca habitualmente de un destino de descanso y disfrute. Los imprevistos, cambios de planes y ajetreo son muy comunes en este tipo de actividades familiares ya que se rompe con la rutina. Este escenario, que para cualquier miembro de la familia puede resultar habitual en verano, para los niños que padecen de Trastorno del Espectro Autista (TEA) puede provocar un aumento de la ansiedad y el estrés.
Por ello, los especialistas de la Unidad de Neurorrehabilitación Infantil del Departamento de Salud de Manises ofrecen las claves para poder realizar viajes acordes con las necesidades especiales que presentan los niños con autismo. “A la hora de salir de verano en familia, es de vital importancia que se prepare a los pequeños sobre lo que va a ocurrir con mucha antelación”, advierte Celia Tena, logopeda de esta unidad.
Para preparar correctamente, los profesionales aconsejan hacerlo “con bastante tiempo de antelación” y a través de “un apoyo visual, tipo cuento, en el que se explique por pasos todo lo que va a suceder en ese viaje. Visualizarlo diariamente para que el niño lo comprenda y lo vaya asimilando poco a poco”. Además, recomiendan, en la medida de lo posible, “exponer al niño a situaciones similares a las que se va a encontrar durante el viaje, para dotarle de estrategias que le faciliten la comprensión de estas situaciones. Esto puede ser mediante juegos de roll-playing, leer cuentos, recrear situaciones con muñecos, etc”. aclaran.
Por ello, según explica la experta, a la hora de viajar en avión, alojarse en un hotel o actividades coordinadas donde haya personal profesional, puede ser conveniente avisarles ya que “si las personas que se van a cruzar durante el viaje con el niño con TEA están avisadas, se pueden mostrar más sensibilizadas, informarse de las necesidades que puede tener el niño y facilitar ciertas situaciones”.
Y es que, lo que provoca la ansiedad y el estrés en los niños que padecen este trastorno es, tal y como explica la experta, “el rechazo al cambio, la inseguridad que sienten ante nuevas circunstancias y la falta de equilibrio sensorial y emocional que padecen ante la ruptura de la rutina”. De esta manera, los especialistas recomiendan llevar consigo recursos gráficos y visuales para poder explicar al pequeño en todo momento lo que ocurre.
Según el nivel de cada niño, se pueden utilizar unas cosas u otras, pero es imprescindible que se lleve consigo algún elemento “tipo libreta o aplicación en el móvil con pictogramas que permita a los papás explicar cualquier cambio en cualquier momento de manera visual”, afirma Tena. Y con ello, la especialista concluye aconsejando que hay que “darles tiempo a los padres para parar y poder explicarle bien las cosas al niño, al igual que darle tiempo al niño para que asimile el cambio que acaba de suceder”.
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