Los aguacates son cada vez más populares: ya sea untados en tostadas, en guacamole o en las ensaladas, son el ingrediente estrella de muchas comidas. Sin embargo, se trata de una fruta muy delicada, que pasa de un verde con textura firme al color marrón y textura blanda en un abrir y cerrar de ojos. Por ello, investigadores de la Sociedad Americana de Química han presentado un recubrimiento a base de quitosano que los conserva durante más tiempo.
En primer lugar, para saber si los aguacates están maduros, la mayoría de la gente los aprieta suavemente, y una pequeña esponjosidad indica que están ya en dicho estado. Los productores realizan evaluaciones similares para determinar qué aguacates pueden resistir el transporte a las tiendas de comestibles.
A pesar de estas pruebas, algunos se estropean prematuramente. Así, a partir de esto, los investigadores han desarrollado técnicas para retrasar la maduración. Entre las más destacadas, los últimos estudios han demostrado que el quitosano de origen natural –un biomaterial derivado de los exoesqueletos de los moluscos– imparte actividad antimicrobiana cuando se aplica como recubrimiento a las frutas, incluidos los aguacates.
Ahora bien, también se puede recurrir a otros consejos más sencillos para conservarlos en casa. Y, para ello. para saber qué opción es más aconsejable, debemos saber que si queremos consumirlo el mismo día o al día siguiente, debe estar maduro. Su piel debe ceder al tacto, pero no debe ser blando. En cambio, si queremos consumirlo en una semana, su pulpa debe estar más firme.
Separados de otras frutas
Cuando están verdes, para retrasar su maduración deben conservarse a temperatura ambiente y lejos de otras frutas hasta que estén completamente maduros.
En la nevera
Una vez cortado el aguacate, su pulpa se oscurece. Un truco para evitarlo es colocar la parte expuesta boca abajo sobre un plato con una fina capa de aceite de oliva en el fondo. Otra opción es guardarlo en un tupper de vidrio junto a una cebolla partida y así, se mantendrá fresco durante más tiempo.
En el congelador
Separado por mitades, sin semilla y sin cáscara, se puede guardar en una bolsa de plástico añadiendo un poco de jugo de limón para evitar que se ponga marrón la superficie. De hecho, se puede guardar entero y cuando se quiera comer solamente se debe poner a descongelar, su sabor se habrá mantenido.
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